OTROS DRAGONES
Amphisbaena
Amphisbaena , es una palabra griega
proveniente del termino amphis, que significa "ambas maneras", y el
termino bainein, significando "para ir", también llamada la madre de hormigas,
es una serpiente come hormigas con una cabeza en cada extremo.
De acuerdo a la mitología griega, la amphisbaena surgió de la sangre que goteó
de la cabeza de la medusa mientras que Perseo marchó sobre el desierto libio con
ella en su mano. Tempranamente se describe a la amphisbaena como una criatura venenosa,
con dos cabezas y cuerpo serpentino. Sin embargo, los dibujos medievales la
figuran con dos o más pies escamados, particularmente pies del pollo y
alas emplumadas. Algunos incluso la representan con cuernos, y similar a un
dragón con una cabeza de serpiente en su cola y oídos pequeños,
redondos. Mientras que otros afirman que ambos "cuellos" son de tamaño igual y no
se puede determinarse cual es la cabeza posterior. Muchas descripciones del amphisbaena dicen que sus ojos brillan intensamente como velas o relámpago.
Las
cabezas de las amphibaena tienen dos mentes separadas, y pueden
separarse en dos mitades así como unirse nuevamente en un solo
cuerpo.
Amphitere
Amphitere es un término aplicado generalmente a los
dragones o serpientes emplumados. Las variedades de esta criatura generalmente
no poseían piernas, solo un par de alas. Los Amphiteres tenían reputación de
poseer gran sabiduría o
conocimiento, así como una cierta forma de energía consecuentemente. Muchos también
se suponían guardianes de tesoros. Al igual que
en la mitología draconiana, se le atribuían cualidades especiales a las partes
del cuerpo. Uno de éstas era los ojos, que generaban efectos hipnóticos en
cualquier persona. El Amphithere es el único tipo de dragón americano, teniendo
solamente sus alas como miembros. Se distribuye por todo el continente y existen
tres sub-especies: la norteña, la meridional y la sureña.
Draco americanus tex, el dragón
norteño, conocido como serpiente con alas, sus alas como las de una polilla y un cuerpo por completo cubierto de piel.
Draco americanus mex,
el dragón
de Centroamérica, conocido como la serpiente de emplumada, tiene plumas sobre todo
su cuerpo, y está asociado a Quetzalcoatl la divinidad Azteca.
Draco americanus incognito, el dragón
habitante del sur, nada se conoce sobre este dragón debido al hecho que puede camuflarse
en casi cualquier ambiente.
Dragón Prehistórico
Los dragones del cretácico fueron los
animales voladores más grandes que jamás han existido. Estas criaturas
ancestrales descendían de un grupo de reptiles acuáticos y semi-acuáticos que
habitaron los pantanos marinos hace 200 millones de
años. En un principio, las especies terrestres se apoyaban sobre sus cuatro
extremidades y eran incapaces de volar y escupir fuego. Una de estas especies,
sin embargo, desarrolló la habilidad de caminar sobre sus dos patas traseras,
permitiendo una posterior evolución de las extremidades delanteras que
finalmente terminarían por convertirse en alas.
Llegados a este punto, del
cual no se tienen referencias fósiles, los dragones comenzaron a aprovechar las
bacterias de su intestino para producir hidrógeno. Esta ventaja les permitió
superar el obstáculo del peso (presente, por ejemplo en los pájaros y
murciélagos) y los llevó a convertirse en la mayor criatura voladora de todos
los tiempos. El dragón prehistórico llegó incluso a competir con uno de los
grandes depredadores de la época, el Tyranosaurus Rex.
Más adelante en el
tiempo, los dragones comenzaron a ingerir minerales inorgánicos como el platino,
que funcionaban como catalizadores del hidrógeno almacenado previamente en sus
vejigas. De esta manera, se incorporaba a la coraza de los dragones la poderosa
arma de escupir fuego. El dragón prehistórico había nacido.
Dragón Marino
Algunas de las primeras especies de dragones eran acuáticas o semi-acuáticas.
Se alimentaban en pantanos costeros y en aguas poco profundas, guardando grandes
similitudes con los cocodrilos contemporáneos. Cuando se produjo la gran
extinción, hace aproximadamente 65 millones de años, estas especies marinas
lograron sobrevivir. Una mutación fortuita proporcionó a estos dragones un
tercer par de extremidades que sustituyeron a las dos anteriores. Nacía así una
nueva y única especie de animales vertebrados: una criatura de seis
extremidades.
Algunos de estos dragones recolonizaron la tierra y llegaron a
ser totalmente terrestres. El par suplementario de extremidades evolucionó en
unas alas muy prácticas, similares a las de los dragones voladores. Otras
especies, sin embargo, permanecieron en el agua, concentrándose cada vez más en
los recursos alimenticios marinos (crustáceos, pescados y tortugas). A medida
que transcurría el tiempo, estos animales fueron perfeccionando y adaptando sus
cualidades hacia una vida completamente acuática. Sus rudimentarias alas se
fueron transformando en aletas.
Las mandíbulas del dragón se volvieron más
largas y anchas para atrapar a los peces y los dientes, en forma de púa, eran
utilizados para sujetar a las resbaladizas presas. Mientras tanto, las alas,
poco útiles en el agua, disminuyeron de tamaño y terminaron por desaparecer. Un
ejemplo de esta clase de dragón podría ser, sin ninguna duda, el Monstruo del
Lago Ness.
Dragón Selvático
Los dragones de la selva vivían en densas arboledas y bosques de bambú. Estas
criaturas heredaron el enorme y sinuoso cuerpo de su predecesor marino. Gracias
a ello, eran capaces de moverse con facilidad a lo largo de la vegetación de la
selva. También conservaron la habilidad de nadar. Así, en el caso de una
estación excesivamente calurosa o de un incendio forestal, siempre podrían
refugiarse en los ríos. Esta variedad de la selva disponía de unas pequeñas alas
que no le permitían alzar plenamente el vuelo. Sin embargo, eran capaces de dar
grandes saltos moldeando su cuerpo al estilo de un avión (forma que también
pueden adoptar algunas serpientes voladoras). De hecho, se ayudaban de estas
pequeñas alas para conseguir un empujón extra y reducir su peso gracias a las
vejigas llenas de hidrógeno parecidas a las de los dragones prehistóricos.
En busca de comida, algunos descendientes de estos dragones de la selva se
expandieron más allá de las arboledas, bosques y matorrales. Dieron lugar así al
gran dragón que habitó lo que hoy en día es China y el suroeste de Asia. Otras
especies aisladas vivieron en las islas del archipiélago japonés.
Dragón de Montaña
El dragón de la montaña se conoce como tal porque en tiempos medievales
habitaba mayoritariamente las montañas y otros lugares remotos. Sin embargo, su
nombre no es muy apropiado. Mucho antes del desarrollo de la agricultura y del
incremento de la población humana, esta especie estaba mucho más extendida en
tierras bajas, no se encontraba exclusivamente restringida a las montañas. Como
todos los dragones posteriores al cretácico, esta especie de la montaña poseía
seis extremidades: un par de alas y dos pares de patas, resultado de una
fortuita mutación acaecida después de la extinción del dragón prehistórico.
El cuerpo de esta variedad de dragón era relativamente pequeño, sobre todo
si lo comparamos con el del dragón marino. Esta pequeña complexión era esencial
para el vuelo. La cola era casi tan larga como su cuerpo y finalizaba en una
afilada punta que utilizaba como arma defensiva. Un simple golpe proveniente de
la cola de un dragón sería suficiente para romper el brazo de un hombre.